China ha vuelto a alcanzar con éxito la cara oculta de la Luna con su misión Chang’e 6, este domingo 2 de junio.
El ingenio se ha posado en el cráter Apollo, situado en el basin Polo Sur-Aitken, un sitio de aterrizaje predeterminado por la Administración Espacial Nacional China (CNSA). Este logro marca la segunda vez que China aterriza en esta parte misteriosa de nuestro satélite natural, después de Chang’e 4 en enero de 2019.
La misión Chang’e 6 tiene como objetivo traer muestras de la cara oculta de la Luna, un hito mundial. Las muestras permitirán a los investigadores estudiar de cerca materiales provenientes de esta región aún poco explorada. La CNSA destaca que esta misión es un gran desafío debido a las numerosas innovaciones técnicas que implica.
Chang’e 6, lanzada el 3 de mayo, debe recolectar alrededor de 2 kg de polvo y roca lunar, parte de los cuales provendrán de perforaciones de hasta 2 metros de profundidad. El regreso de las muestras a la Tierra está previsto para el 25 de junio. Una vez recolectadas, las muestras serán analizadas para comprender la historia y evolución de la Luna, así como las diferencias entre su cara visible y su cara oculta.
La misión también transporta un mini-rover y diversos instrumentos científicos. El análisis de las muestras debería revelar por qué los mares volcánicos oscuros, llamados maria, son raros en la cara oculta de la Luna.
El programa lunar Chang’e, que lleva el nombre de la diosa china de la Luna, ha lanzado misiones cada vez más ambiciosas durante 17 años. China también planea lanzar Chang’e 7 en 2026 para explorar los recursos de la región polar sur de la Luna y Chang’e 8 en 2028 para probar tecnologías que utilicen esos recursos.
A largo plazo, China prevé misiones tripuladas a la Luna para 2030 y la construcción de una base lunar internacional en colaboración con otros países.